La perfumería y el cine se han unido en múltiples ocasiones. Ambas artes, accesibles para la gran mayoría, invitan a soñar con historias inolvidables o a envolver los sentidos con fragancias capaces de transportar a lugares y momentos concretos de una película. Un aroma puede evocar el universo íntimo de un personaje cinematográfico, traspasando incluso la gran pantalla.
Un ejemplo es el perfume utilizado por la bella, caprichosa y conquistadora Scarlett O’Hara en Lo que el viento se llevó (1939). En una de sus escenas más memorables aparece con Murray & Lanman Florida Water, de la marca Cheautard’s, una colonia unisex con más de 200 años de historia, elaborada con notas cítricas y florales. La actriz llegó a reconocer que era también su favorita en la vida real.
Otro perfume emblemático del cine es Shalimar, de Guerlain. Este aroma lo utilizó Sigourney Weaver en Armas de mujer (1988) para seducir al personaje interpretado por Harrison Ford. Shalimar también aparece en otras producciones como Los caballeros las prefieren rubias, Muerte en el Nilo (1978) o Jackie (2016).
En sánscrito, Shalimar significa “templo del amor”. Fue creado en 1925 por Jacques Guerlain, inspirado en las historias románticas del emperador Shah Jahan y su favorita, que dieron origen al mítico Taj Mahal.
El cine contemporáneo también ha dejado espacio para la perfumería. En Antes de ti (2016), Louisa (Emilia Clarke) y William (Sam Claflin) visitan París, y ella se detiene a contemplar el escaparate de L’Artisan Parfumeur, una firma francesa creada en 1979 por el químico Jean Laporte. Esta misma marca aparece en The Joneses (2009) y en Confesiones de una compradora compulsiva (2009).
Más recientemente, en la oscarizada Parasite (2019), el personaje de Yeon-gyo (Cho Yeo-jeong), una mujer rica de estilo lujoso y minimalista, utiliza Orange Blossom, de la firma inglesa Penhaligon’s, fundada a finales del siglo XIX.
La lista de perfumes en el cine es extensa y sigue creciendo. Para los amantes de la perfumería, este vínculo entre aromas y personajes es un universo fascinante que merece ser explorado una y otra vez.
Y bueno, mis queridas, aquí terminamos este ratito perfumado que compartimos juntas. Les confieso que para mí, los perfumes de equivalencia son como esos pequeños secretos que una guarda con cariño: económicos, sí, pero con una elegancia que se siente en cada gotita. A veces pienso que un buen aroma es como un vestido invisible, te envuelve, te da seguridad y hasta cambia el ánimo.
Como ama de casa, siempre estoy buscando lo mejor para la familia, pero también he aprendido que una nunca debe olvidarse de sí misma. Y qué mejor manera de consentirse que con un perfume que nos haga sentir bonitas, jóvenes de espíritu y listas para enfrentar el día, ya sea en la cocina, en el mercado o en una salida especial.
Quiero agradecerles de corazón por acompañarme en esta lectura. Es un verdadero regalo para mí poder compartirles mis experiencias, mis gustos y hasta mis travesuras de buscar el perfume perfecto sin gastar demasiado. Ojalá que mis palabras les inspiren a probar, a descubrir y, sobre todo, a disfrutar de esos pequeños detalles que hacen la vida más dulce.
Les mando un abrazo enorme, lleno de cariño y, por supuesto, ¡de buen aroma! Que cada día esté perfumado de alegría, salud y momentos inolvidables. 🌹✨